Recuerdo verla vestida de luto en todas las consultas, durante la esperas para hacernos los análisis de control, las ecografías, o el día que teníamos que pasar por el quirófano para la punción. La acompañaba su madre, y eso también marcaba una diferencia con el resto, que íbamos casi siempre con nuestras parejas.
Pero a pesar de tener que ser muy duro para ella, siempre tenía dibujada en la cara una tierna sonrisa.
Las dos hicimos muy buenas migas, y aunque ya no seguimos en contacto (en general me he desvinculado de todos o casi todos los contactos que tienen que ver con este tema, pero eso será para otra entrada) el tiempo que compartimos, tanto en las consultas, como por teléfono, fue muy dulce y alentador.
Ella me enseño a tomarme las cosas con calma, a través de su experiencia de dolor y sufrimiento por perder al ser amado, me enseñó que se puede volver a sonreír, que hay que seguir viviendo, y que poco a poco, puedes buscar y encontrar la manera de tener fuerzas para sostenerte en la vida, luego de una gran decepción, " Yo me acuerdo de lo feliz que fui con él y sé que tengo que darle Gracias a Dios por eso, todavía no se las doy, pero sé que se las debo" - me decía en numerosas ocasiones.
Ella se quedó embarazada esa 4º vez y nueve meses después nació su hijo al que llamó igual que se llamaba su marido.
Y aunque yo no me quedé embarazada, seguimos en contacto y fue de inmenso apoyo de cara a prepararme para el 3º tratamiento.
"Visualiza el momento en que óvulo y espermatozoide se juntan, visualiza al embrión anidando en tu útero" "haz acupuntura que te vendrá bién" "tomate las cosas con calma, ve despacio y tómate tu tiempo para todo"...
No seguí todos los consejos que me dió, por ejemplo la acupuntura es una asignatura pendiente que quiero probar. Pero si seguí la mayoría, entre ellos tomarme las cosas con calma. Desde vestirme, realizar las actividades rutinarias del día a día, hasta afrontar los problemas e imprevistos más complejos...
Aprendí que es vital respirar hondo ante cualquier situación y tomarse las cosas con calma. Hoy en día vivimos en una sociedad ajetreada que corre y corre, a trabajar, al super, a estudiar, da igual a donde lo que cuenta es correr....de este modo, hacemos de la vida algo mucho más dificil de lo que a veces es, vivimos estresados por todo y por nada, y si se nos pierdan las llaves dentro de casa, este hecho puede llegar a sacar la histérica que llebamos dentro sin mayor reparo, haciendo que minutos después nos muramos de verguenza, por el espectáculo montado...
Mejor tomémonos las cosas con calma, como decía mi amiga, planifiquemos con tiempo de sobra para no tener que ir apurados, y no hagamos cosas o favores a los demás si eso nos va a agobiar más o modificar nuestros planes. Quiero decir que está bien hacer cosas por los demás, ayudarles y a veces hasta sacrificarnos por ellos en determinados momentos, pero a menudo hacemos todo eso olvidándonos por completo de nosotros mismo, contando menos o no contando nada, y nosotros mismos, también necesitamos dedicarle tiempo y mimitos a nuestra persona.
Sea lo que sea siéntate, respira hondo y tómate lo con calma, verás que a veces no es tan complejo como parece, o que no es para tanto, que es una tontería y no merece la pena ponerse así por esto o por lo otro. Y aún, cuando si que es para tanto, cuando es algo que a veces escapa de nuestras manos, de nuestro entendimiento y nuestras posibilidades para solucionarlo, sea lo que sea, nos irá mejor si nos lo tomamos con calma, no digo sin dolor (si tiene que haberlo lo habrá igual) pero siempre en hasta las circunstancias más adversas, puedes encontrar un rincón de paz "Un remanso de paz".
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